Dicen mamá y papá que antes de que yo
llegara a esta tierra, sólo era un sueño, un sueño bonito y brillante,
un sueño dulce y apacible que venía a arrullarlos cada noche para
hacerlos despertar contentos.
Dicen el
abuelo y la abuela que antes de que yo llegara a esta buena tierra, sólo
era luz … luz de estrellas brillando en lo más alto del firmamento, luz de estrellas
viajando libre por el universo, luz que cumplía deseos y hacía sonreír a
todos aquellos que saben que mirar al cielo es el mejor remedio para
soñar despierto.
Dicen el tío y la tía que antes de que
yo llegara a esta enorme tierra, era yo un ángel de alitas plateadas y
aureola dorada dando piruetas entre las nubes, haciendo sonreír al niño
Dios y ayudándole a poner arcoiris sobre los cielos grises de alguna
enorme ciudad.
Dicen mi hermano y hermana que antes de que yo llegara a esta bella tierra
sólo era un deseo, uno de esos especiales que sólo se pueden pedir en
los cumpleaños, dicen que era yo como la flamita de esas velitas, como
esas chispitas que no se apagan, que era yo algo que todos pedían, que
todos querían, algo con lo que todos soñaban.
Ahora estoy aquí, y no recuerdo haber sido un lindo sueño, ni luz de estrellas o angelito travieso,
ni tampoco un deseo … estoy aquí y soy demasiado pequeño para este
mundo tan vasto e inmenso … pero luego sonrío… ¡y todos, pero todos
sonríen conmigo!
Y me doy cuenta de que puedo iluminar el mundo
entero si me río. Sé que mis manos son pequeñas, que hay muchas cosas
que aún no son capaces de hacer, pero pueden tomar tu mano, acariciar tu
rostro y revolver tu cabellera … sé que mis manos pequeñas pueden curar
la tristeza.
¡Ahora me doy cuenta! ¡si soy luz de estrellas, soy un sueño que se hace realidad, un deso cumplido y un angelito travieso de manos pequeñas que vino a este mundo para esparcir felicidad!
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